miércoles, 29 de octubre de 2008

Elvis está vivo.


Andrés Calamaro me escuchó.
















El 26 de Octubre Andrés Calamaro tocó en Lima. Yo, recontra emocionado con la llegada del “loco”, retrocedí en el tiempo, exactamente al de muchacho de pantalón roto. Escuché a Calamaro hasta el punto de quedar hipnotizado por sus canciones, tengo clarísimo el recuerdo de lo alucinante que me parecía la letra “me arde, me está quemando, estoy disimulando, como el fuego sobre la superficie del mar…como el viento caliente del desierto, me quema, me quema, saber que no vas volver”. Esa canción fue la culpable de que me encerrara todo un día a tratar de escribir el cuento de cómo un amor de verano me terminó por incendiar la cabeza.

Escuché a Calamaco mientras paseaba a mi perro, mientras corría rápido, por la noches, en mis viajes al sur, quise que se convirtiera en mi cantante de culto, su voz rasposa y endemoniadas historias sentimentales calzaban perfecto con esa melancolía innecesaria que debe tener cualquier adolescente.

Aquel día estuve predispuesto a pasarla bien, mis amigas Ángela, July y Sandra, todas ellas con un ojo maravilloso para los espectáculos trascendentes, fueron las culpables de que haya retrocedido en el tiempo y recordar lo que es ser un fanático.

Recordé que un fanático está loco, debe de coleccionar las revistas en las que sale su artista, tiende a vestirse como él, tiende a saber casi todas las canciones, a cantarlas antes de largarse a la fiesta por la noche, piensa como él, etc. Esa mañana estuve interconectado con todas mis amigas, sabía que todas iban a festejar aquel día y de alguna forma me comuniqué con todas, espero que ellas hayan sentido esa interconexión, porque a mí me quedo claro que estuve con ellas.

La mañana del 26 de Octubre, mis amigos caían a mi casa, era la preconcentración, Calamaro sonaba fuerte en mi equipo y había cigarros por doquier. Mi hermana me recomendó escuchar “Mi Gin tonic”, “Estadio Azteca” “Soy tuyo” y otras menos conocidas y del disco “lengua popular”. La lógica era no quedarse tarareando como tarado las canciones. Pero, no sé por qué motivo me quedé pegado con una sola: “Elvis está vivo”. Mi primo, a quién inculqué Calamaro y hoy sabe mejor su historia que yo, me decía: “Omar deja de perder el tiempo con esa canción, no la cantará porque no la cantó en Quito (la capital previa a Lima en la gira) y, además, es poco conocida. El enamorado de mi hermana me dijo “Esa canción es bravaza, pero nunca la canta en sus conciertos”. Todo indicaba que estaba perdiendo mi tiempo, pero qué culpa podía tener!, ese día la canción se me pegó en la mente y obsesión.

Mientras viajamos en el taxi, la escuché en el mp3 una, dos, tres veces, mientras me imaginaba el piso de tierra de la explanada del estadio, los diez años del regreso y lo mostro que se ven las tomas de "travelling" en los reportajes de conciertos, exactamente, cuando filman a los fanáticos que muestran orgullosos sus entradas en mano, mientras hacen su cola.

Calamaro apareció a las 8:10pm, tocó canción tras canción, sin grandes introducciones; pero hubo una excepción. De pronto dijo “a que no saben, hoy estuve comprando verduras en Lima y me encontré a Elvis en la tienda, no lo podía creer”. Inmediatamente, mi primo, y amigos voltearon a verme y a matarse de la risa de la emoción, me jalaban el polo mientras me gritaban “te escuchó huevón”, "Calamaro te escuchó”, “eres un lechero de mierda”. Se me formó una sonrisota en la cara, estaba emocionado. Mi primo me abrazó por el cuello y nos pusimos a cantar la canción, me di cuenta que, en efecto, la canción era poco conocida, la gente no se sabía la letra, situación que aproveché al máximo para sacar ventaja de mi condición de más fanático. Me rompí la garganta y quedé fenomenalmente satisfecho.

No quiero creer que ese día ocurrió una coincidencia, eso sería creer que Calamaro no es especial. Creo que ese día, mi condición de fanático jugó misteriosamente a mi favor y logré que se me leyera la mente y así, se me cumpla el deseo. Es posible que Calamaro me haya leído la mente y que Elvis esté vivo, todo es posible, felizmente ya entendí que es mejor ser discreto y que, como dice la letra de la canción, “será mejor así”.

Gracias Calamaro.

jueves, 23 de octubre de 2008

25 de Octubre de 2008



Los exámenes y trabajos son abrumadores, el último ciclo tiene un sabor distitinto a otros, como que necesitas vincularte más a la universidad; sin embargo, cada día que corro me aleja más de esa incoherente permanencia.

Cuantas caras habré visto en la universidad, cientos, puede ser. Todas las he sabido reconocer, de repente sin saludar a todas, pero sí a reconocerlas. Me las encontré en los paraderos, en barranco, en miraflores, al frente de la pucp, en la entrada de algún cine, en el café, en los micros, en revistas, en afiches, en el periódico, en las cafetas, en las encerronas, etc. "Esa cara es de la católica, de hecho"

Así como he sabido reconocer caras, es posible que "ellos" "the others" puedan reconocer la mía, por qué no?. Ribeyro, escribió alguna vez, la posibilidad de que se repitieran rasgos de un rostro en otro, en ese sentido, es posible encontrar personas que tengan rasgos similares.

Yo no puedo sostener esa teoría, pero sostengo que una cara en la católica es irrepetible, inconfundible.Cuántas serán las historias de amistad, "esa gente", "cómo estás pues compadre a los años, te acuerdas de la gente del T", "amigooooo a los años, qué es de tu vida".

Conocí las caras de la biblioteca, de la gente que para por el CAPU, de la gente de las pichangas, de las cafetas, de otras facultades. Ubiqué, así como hacen bastantes, a las chicas guapas, a los que compran libros, a los locos del taco, a los que almuerzan el pan del "tio bigote", a los que dormían en los jardines, a los que comían el plato económico, a los que les gustaba el pin-pon, conocí muchas muchas caras y espero recordar a todas aquellas.

Mi papá no ha tenido ningún problema en reconocer a los amigos que no veía por 30 años. Espero que a mí pase lo mismo. Don Luis Jaime Cisneros, tenía la peculiar forma de memorizar los nombres de sus alumnos recordándolos por los peinados que llevaban. Los nombres que me llevo yo, son varios, los recuerdos son aún más. He intentado relacionar a cada persona con alguna anécdota, le estoy poniendo más fe a lo vivido con ellos, que a la costumbre de haberles visto la cara ya unos buenos años.

viernes, 10 de octubre de 2008

El secreto de las comunicaciones y el desvío al problema

Se cayó el gabinete

Se cayó el gabinete, Rómulo León y Alberto Quimper acaban de sumarse a aquellos escándalos de corrupción al que nos tuvo acostumbrado el siniestro asesor de Fujimori. Las implicancias al Ministro Del Castillo han sido demasiadas, el audio suministrado por ex ministro Rospigliosi, ha sido letal. El “petro-audio” ha excretado la más pura y venenosa corrupción en las licitaciones.


Sin embargo, he sentido mucho resentimiento de la clase política actual, varios son los que han dicho que el referido audio atiende a intereses políticos, a violación de la intimidad en las comunicaciones, daría la impresión que dicho audio ha generado un miedo e inestabilidad a la hora de comunicarse, sabrá dios cuántos diálogos parecidos y comprometedores existen en dichas esferas de poder.


Ya oí a Aurelio Pastor el abanderarse a formar “otra nueva comisión” congresal, a fin de descubrir el por qué existe el chuponeo y el atropello a la intimidad de las personas. Se quiere dar el argumento que, ya una vez, utilizó Alberto Kouri; éste sostenía que se debería investigar a los delincuentes que ultrajaron los vladivideos del SIN, puesto que dicha actuación era un “robo”, una ilegalidad. Puede que sí lo sea, pero me pregunto ¿es importante discutir la “forma” en cómo se descubrió el acto de corrupción?, o es que estamos desviando el problema?. Considero que se deben de seguir haciendo esfuerzos para combatir este tipo de actos, hay que ser frontales, los problemas de la “prueba obtenida irregularmente”, es un tema que siempre será polémico y prohibido en casos excepcionales.


Pero la verdad, es que este tipo de debilidades en la inviolabilidad de las comunicaciones es de competencia exclusiva del sistema de inteligencia, no desviemos la atención, ya se descubrió la corrupción y se ha optado por un buen inicio, me refiero, a la destitución de todo el Gabinete.


miércoles, 8 de octubre de 2008

40 años de "Huerto Cerrado" de Alfredo Bryce



El libro de cuentos “Huerto Cerrado”, de Alfredo Bryce, cumple 40 años de su publicación. Fue en el verano de 1965 que Bryce escribió la que sería su primera obra, la misma que conquistara el Premio Casa de las Américas de la Habana, en 1968.


Fue en mis primeros meses de universidad que pude descubrirlo, “Huerto Cerrado”, vaya título pensé, ya por ese entonces me gustaba cualquier tipo de conexión con huertos, granjas y las plantas como el geranio (el culpable fue Ribeyro); sin embargo, mi sorpresa fue más grande cuando me enteré el por qué del título.


Con ustedes, una entrevista que hiciera “Debate” aprovechando una coincidencia en Lima entre Julio Ramón Ribeyro y Alfredo Bryce. Almorzaron un 29 de abril de 1986, en “El Suizo” de la Herradura.


(...)

Y ahora que han pasado por esas experiencias nuevas ¿Recuerdan cómo fue que se conocieron?


-JRR: Yo podría decir solamente que un día Alfredo llegó a mi casa, allá en París, por el año 64. Apareció un día con Hernando Cortés.


-ABE: Sí. Yo acababa de escribir mi primer libro de cuentos, al cual Julio le cambió el titulo.

Me dijo: “el libro es bueno, pero el título se parece a ti”. El título era: El camino es así.


-JRR: Le dije que parecía un mal bolero


-ABE: Yo le dije a Julio entonces que, por favor, él le pusiera el título. Yo fui a ver a un maestro, y Julio recibió a un aprendiz. Lo lindo es que muy rápido nos convertimos en amigos. Cuando yo era estudiante en San Marcos, había una serie de enormes afiches de escritores peruanos en el Parque Universitario. Y siempre la figura de Julio me atrajo más, porque me parecía el más escritor de todos. Aunque no el más fotogénico, ciertamente.


-JRR: Esos afiches fueron iniciativa de Manuel Scorza, cuando sacó los populibros.


-ABE: Esos pósters estuvieron allí meses de meses. Yo sentía la premonición de una amistad que tenía que alcanzar. Yo era amigo del póster y el póster era amigo mío. Hernando Cortés fue una persona maravillosa que, cuando leyó algunas cosas mías, me dijo: “Tienes que conocer a Julio Ramón Ribeyro”. Entonces, cuando tuve realmente la garantía, de que él era íntimo amigo de Julio, me atreví a ir a su casa. Y me trató con un cariño enrome. Julio fue muy honesto conmigo y me dijo que esos cuentos le gustaban, explicándome cuáles eran sus virtudes y cuales eran sus defectos. Muy poco tiempo después, un día llego a mi casa en busca de una máquina fotográfica.

Fue el pretexto para que la amistad continuara, para que no se fuera a quedar en esa visita de un hombre que no volvía para no molestarlo más.


-JRR: Yo me acuerdo de esas épocas. Después de la publicación de Huerto Cerrado (aceptaste mi título), empezaste a escribir Un mundo para Julius(...)























Fuente: Las Letras nuestras de cada día (1986). En: "Las Repuestas del Mudo"(Entrevistas), Selección, prólogo y notas de Jorge Coaguila. Jaime Campodónico/ Editor. Primera Edición diciembre de 1998. Lima, Perú